EL DESEO HA MUERTO
El deseo puede haber muerto
pero un hombre sigue siendo
el lugar de encuentro del sol y de la lluvia,
siempre la maravilla embosca al dolor
como en un árbol de invierno.
GLORIA
La gloria es también del sol, del sol de los soles,
y por los rayos de sus espléndidas alas
fluyen diminutos ríos de paz.
Casi todo su tiempo, el tigre da pasos sinuosos y afelpados
en una paz ardiente.
Y el pequeño halcón, en las alturas, gira sobre la lenta
espiga de la paz.
La paz nace detrás del sol, con el halcón peregrino
y con el búho.
Sin embargo todos ellos beben sangre.
La gloria es también del sol, del sol de los soles,
y por los rayos de sus espléndidas alas
fluyen diminutos ríos de paz.
Casi todo su tiempo, el tigre da pasos sinuosos y afelpados
en una paz ardiente.
Y el pequeño halcón, en las alturas, gira sobre la lenta
espiga de la paz.
La paz nace detrás del sol, con el halcón peregrino
y con el búho.
Sin embargo todos ellos beben sangre.
A LA SALIDA DE LA ÓPERA
Por las escaleras de piedra
muchachas de grandes ojos colmados de tragedia
alzan hacia mí sus miradas de grave desconsuelo.
Y yo sonrío.
Damas
con pies lustrosos y puntiagudos
dando pasitos como pájaros
buscan con ansia algo como un bote que las salve
del naufragio.
Y yo, en la averiada multitud,
estoy de pie y sonrío.
Toman la tragedia tan naturalmente.
Eso me complace.
Pero al ver los ojos cansados
dolientes enrojecidos
del camarero de brazos flacos
me alegra volver al lugar de donde vine.
Por las escaleras de piedra
muchachas de grandes ojos colmados de tragedia
alzan hacia mí sus miradas de grave desconsuelo.
Y yo sonrío.
Damas
con pies lustrosos y puntiagudos
dando pasitos como pájaros
buscan con ansia algo como un bote que las salve
del naufragio.
Y yo, en la averiada multitud,
estoy de pie y sonrío.
Toman la tragedia tan naturalmente.
Eso me complace.
Pero al ver los ojos cansados
dolientes enrojecidos
del camarero de brazos flacos
me alegra volver al lugar de donde vine.
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