viernes, 22 de julio de 2011

DH Lawrence traducido por Carmen Vasco



EL DESEO HA MUERTO

El deseo puede haber muerto
pero un hombre sigue siendo
el lugar de encuentro del sol y de la lluvia,
siempre la maravilla embosca al dolor
como en un árbol de invierno. 
 
  
GLORIA

La gloria es también del sol, del sol de los soles,
y por los rayos de sus espléndidas alas
fluyen diminutos ríos de paz. 
Casi todo su tiempo, el tigre da pasos sinuosos y afelpados
             en una paz ardiente.
Y el pequeño halcón, en las alturas, gira sobre la lenta
             espiga de la paz.
La paz nace detrás del sol, con el halcón peregrino
y con el búho.
Sin embargo todos ellos beben sangre.



A LA SALIDA DE LA ÓPERA

Por las escaleras de piedra
muchachas de grandes ojos colmados de tragedia
alzan hacia mí sus miradas de grave desconsuelo.
Y yo sonrío.
Damas
con pies lustrosos y puntiagudos
dando pasitos como pájaros
buscan con ansia algo como un bote que las salve
del naufragio.
Y yo, en la averiada multitud,
estoy de pie y sonrío.
Toman la tragedia tan naturalmente.
Eso me complace.
Pero al ver los ojos cansados
dolientes enrojecidos
del camarero de brazos flacos
me alegra volver al lugar de donde vine.

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