Aquí les dejo un enlace. Poema que traduje al inglés, del venezolano Hugo Figueroa Brett, gran poeta y querido amigo.
https://rocanbol.wordpress.com/2014/12/29/pine-coins-for-the-hackensak-forest-ranger/
Traducción de Poesía
"De un texto, el crítico es el cortejante ocasional; el autor, el padre y el marido, mientras que el traductor es el amante" Gesualdo Bufalino
martes, 30 de diciembre de 2014
martes, 16 de octubre de 2012
Más DH Lawrence
FUEGO
Atesoramos
el fuego más que el amor o la comida,
caliente,
vertiginoso, pero arde si lo tocas.
No
deberíamos
juntar
nuestro amor, o nuestra benevolencia, ni nada de eso,
porque seguro obtendríamos muchísimas mentiras,
sino
nuestro fuego, nuestro fuego elemental
para que
llameante al espacio vacío se lance como un falo
y fecunde
el cenit y el nadir
y arroje
infinitas chispas de átomos nuevos
y nos
achicharre, y deje la casa hecha cenizas.
Traducción de
Carmen Vasco ©
domingo, 3 de junio de 2012
Uno de ee cummings ...
la luna miró
por la ventana
me tocó con sus manos pequeñas
y con dedos rizados infantiles
comprendió mis ojos mejillas boca
sus manos (deslizándose) palparon mi corbata deambularon
por mi camisa entrando a mi cuerpo las muy
sagaces diminutas tocaron mi corazón vida
comprendió mis ojos mejillas boca
sus manos (deslizándose) palparon mi corbata deambularon
por mi camisa entrando a mi cuerpo las muy
sagaces diminutas tocaron mi corazón vida
las manitas salieron de un salto
en silencio empezaron a jugar con un
botón
la luna sonrió ella
me sacó la camiseta y sigilosa
entró por la ventana
no cayó
fue por el aire en puntas de pie
sobre casas
techos
Y sobre ella desde el este
se inclinó una luz tenue muy de cerca
Traducción de Carmen Vasco ©
the moon looked into my window
it
touched me with its small hands
and
with curling infantile
fingers
it understood my eyes cheeks mouth
its
hands (slipping) felt of my necktie wandered
against
my shirt and into my body the
sharp
things fingered tinily my heart life
the
little hands withdrew, jerkily, themselves
quietly
they began playing with a button
the
moon smiled she
let
go my vest and crept
through
the window
she
did not fall
she
went creeping along the air
over houses
roofs
And
out of the east toward
her
a fragile light bent gatheringly
domingo, 27 de mayo de 2012
Más DH Lawrence
por Carmen Vasco
EL ELEFANTE SE APAREA LENTAMENTE
El elefante, enorme y antiguo animal,
Traducción de Carmen Vasco ©
por Carmen Vasco
EL ELEFANTE SE APAREA LENTAMENTE
El elefante, enorme y antiguo animal,
se aparea lentamente;
encuentra una hembra, no muestran premura
esperan
a que en sus vastos corazones cautelosos
poco a poco se
encienda la emoción
rezagándose en los lechos de los ríos
mientras toman agua y
comen hierbas
y corren en pánico por la maleza de la selva
con la manada,
y duermen en sólido silencio y despiertan
juntos, sin decir nada.
Tan lentamente sus grandes corazones
calientes se llenan
de deseo,
y al fin se aman las grandiosas bestias en secreto,
ocultandondo su
fuego.
Son los animales más viejos y más sabios
así que al
fin saben
esperar la fiesta más solitaria
el banquete completo.
No arrancan, violentos, los bocados;
su sangre maciza se
acerca
como las mareas a la luna, cada vez más
hasta tocarse en el torrente.
Traducción de Carmen Vasco ©
viernes, 22 de julio de 2011
DH Lawrence traducido por Carmen Vasco
EL DESEO HA MUERTO
El deseo puede haber muerto
pero un hombre sigue siendo
el lugar de encuentro del sol y de la lluvia,
siempre la maravilla embosca al dolor
como en un árbol de invierno.
GLORIA
La gloria es también del sol, del sol de los soles,
y por los rayos de sus espléndidas alas
fluyen diminutos ríos de paz.
Casi todo su tiempo, el tigre da pasos sinuosos y afelpados
en una paz ardiente.
Y el pequeño halcón, en las alturas, gira sobre la lenta
espiga de la paz.
La paz nace detrás del sol, con el halcón peregrino
y con el búho.
Sin embargo todos ellos beben sangre.
La gloria es también del sol, del sol de los soles,
y por los rayos de sus espléndidas alas
fluyen diminutos ríos de paz.
Casi todo su tiempo, el tigre da pasos sinuosos y afelpados
en una paz ardiente.
Y el pequeño halcón, en las alturas, gira sobre la lenta
espiga de la paz.
La paz nace detrás del sol, con el halcón peregrino
y con el búho.
Sin embargo todos ellos beben sangre.
A LA SALIDA DE LA ÓPERA
Por las escaleras de piedra
muchachas de grandes ojos colmados de tragedia
alzan hacia mí sus miradas de grave desconsuelo.
Y yo sonrío.
Damas
con pies lustrosos y puntiagudos
dando pasitos como pájaros
buscan con ansia algo como un bote que las salve
del naufragio.
Y yo, en la averiada multitud,
estoy de pie y sonrío.
Toman la tragedia tan naturalmente.
Eso me complace.
Pero al ver los ojos cansados
dolientes enrojecidos
del camarero de brazos flacos
me alegra volver al lugar de donde vine.
Por las escaleras de piedra
muchachas de grandes ojos colmados de tragedia
alzan hacia mí sus miradas de grave desconsuelo.
Y yo sonrío.
Damas
con pies lustrosos y puntiagudos
dando pasitos como pájaros
buscan con ansia algo como un bote que las salve
del naufragio.
Y yo, en la averiada multitud,
estoy de pie y sonrío.
Toman la tragedia tan naturalmente.
Eso me complace.
Pero al ver los ojos cansados
dolientes enrojecidos
del camarero de brazos flacos
me alegra volver al lugar de donde vine.
sábado, 4 de junio de 2011
William Shakespeare por Carmen Vasco
Soneto 130
Los ojos de mi amada no son como el sol;
el coral es mucho más rojo que sus labios.
Si la nieve es blanca, sus pechos son oscuros;
el coral es mucho más rojo que sus labios.
Si la nieve es blanca, sus pechos son oscuros;
si el pelo es alambre, negro crece en su cabeza.
He visto rojas y blancas rosas damasquinas,
pero no es el color que hay en sus mejillas;
y en algunos perfumes se huele más delicia
que en el olor que emana de su aliento.
Adoro oírla hablar, pero bien sé,
que el sonido de la música da mucho más placer.
Es verdad, nunca vi una diosa caminar:
mi amada, al andar, hiende la tierra.
Sin embargo, es tan única mi amada
He visto rojas y blancas rosas damasquinas,
pero no es el color que hay en sus mejillas;
y en algunos perfumes se huele más delicia
que en el olor que emana de su aliento.
Adoro oírla hablar, pero bien sé,
que el sonido de la música da mucho más placer.
Es verdad, nunca vi una diosa caminar:
mi amada, al andar, hiende la tierra.
Sin embargo, es tan única mi amada
como cualquiera falsamente comparada.
martes, 31 de mayo de 2011
Otro de Brecht
A LA POSTERIDAD
1
¡Claro que vivo en tiempos oscuros!
Una palabra inocente es inconcebible.
La tersura de una frente presagia
un duro corazón. El que ríe
aún no ha escuchado
las terribles novedades.
Una palabra inocente es inconcebible.
La tersura de una frente presagia
un duro corazón. El que ríe
aún no ha escuchado
las terribles novedades.
¡Ah, qué tiempos son éstos
que hablar de los árboles es casi un delito
casi como callar ante la injusticia!
Y quien tranquilo camina por la calle,
¿no se aleja de sus amigos en desgracia?
Es verdad: me gano la vida
que hablar de los árboles es casi un delito
casi como callar ante la injusticia!
Y quien tranquilo camina por la calle,
¿no se aleja de sus amigos en desgracia?
Es verdad: me gano la vida
pero, créanme, es sólo un accidente.
Nada de lo que hago me da derecho a mi parte.
Me salvó el azar. (Si la suerte me deja
estoy perdido).
Nada de lo que hago me da derecho a mi parte.
Me salvó el azar. (Si la suerte me deja
estoy perdido).
Me dicen: come y bebe ¡Alégrate por lo que tienes!
¿Pero cómo puedo comer y beber
si mi pan es arrancado del hambriento
y mi copa de agua es del sediento?
Sin embargo, como y bebo.
¿Pero cómo puedo comer y beber
si mi pan es arrancado del hambriento
y mi copa de agua es del sediento?
Sin embargo, como y bebo.
Muy contento yo sería sabio.
Los libros antiguos de la sabiduría dicen:
no luches en el mundo, vive tu breve tiempo
sin temer a nadie,
sin violencia,
haciendo el bien a cambio del mal.
No es lograr lo deseado sino el olvido
lo que aparenta ser sabiduría.
Yo no puedo lo uno ni lo otro:
¡Claro que vivo en tiempos oscuros!
Los libros antiguos de la sabiduría dicen:
no luches en el mundo, vive tu breve tiempo
sin temer a nadie,
sin violencia,
haciendo el bien a cambio del mal.
No es lograr lo deseado sino el olvido
lo que aparenta ser sabiduría.
Yo no puedo lo uno ni lo otro:
¡Claro que vivo en tiempos oscuros!
2
Llegué a las ciudades en horas de desorden
cuando reinaba el hambre.
Llegué a los hombres en horas de revueltas
y luché con ellos.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
cuando reinaba el hambre.
Llegué a los hombres en horas de revueltas
y luché con ellos.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
Comí entre masacres.
La sombra de la muerte se recostó en mi sueño.
Cuando amé, fue con indiferencia.
Y me sentí impaciente en la naturaleza.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
La sombra de la muerte se recostó en mi sueño.
Cuando amé, fue con indiferencia.
Y me sentí impaciente en la naturaleza.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
Las calles nos llevaron a trampas sin salida.
Mis palabras me entregaron a los asesinos.
Poco pude hacer. Pero sin mí
los gobernantes estarían más seguros. Era mi esperanza.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
Mis palabras me entregaron a los asesinos.
Poco pude hacer. Pero sin mí
los gobernantes estarían más seguros. Era mi esperanza.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
Los hombres apenas tenían fuerza.
El objetivo estaba distante.
Fácil de ver
pero inasible casi.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
El objetivo estaba distante.
Fácil de ver
pero inasible casi.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.
3
Tú, que surgirás de las aguas
en las que nosotros nos hundimos,
piensa,
cuando hables de nuestras flaquezas,
y de los oscuros tiempos
que las engendraron.
en las que nosotros nos hundimos,
piensa,
cuando hables de nuestras flaquezas,
y de los oscuros tiempos
que las engendraron.
Porque íbamos cambiando de país
más a menudo que de zapatos,
en la guerra de clases, desesperando
porque sólo había injusticia sin resistencia alguna.
más a menudo que de zapatos,
en la guerra de clases, desesperando
porque sólo había injusticia sin resistencia alguna.
Y sabíamos muy bien que
hasta el odio a la miseria
endurece nuestros rostros.
Hasta la rabia por lo injusto
nos torna ronca la voz. Ay de nosotros
que quisimos sembrar raíces de bondad
y no pudimos ser amables.
hasta el odio a la miseria
endurece nuestros rostros.
Hasta la rabia por lo injusto
nos torna ronca la voz. Ay de nosotros
que quisimos sembrar raíces de bondad
y no pudimos ser amables.
Pero tú, cuando al fin suceda
que el hombre pueda ayudar a su prójimo,
no nos juzgues
con demasiada dureza.
que el hombre pueda ayudar a su prójimo,
no nos juzgues
con demasiada dureza.
Traducción: Carmen Vasco
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