jueves, 18 de abril de 2024

DIEZ AÑOS MÁS TARDE. SONETOS de SHAKESPEARE

SONETO 14

No de las estrellas tomo mi discernimiento,

sin embargo, creo saber de astronomía,

mas no predigo mísera suerte o alegría,

ni adivino peste, escasez o un buen invierno;

no sé de la ventura de efímeros minutos,

y no indico a nadie su trueno, lluvia y viento,

ni a los príncipes hablo sobre su destino

leyendo las señales que llegan de los cielos;

tomo de tus ojos la sabiduría,

tus ojos, estrellas donde claramente leo

que florecerían la verdad y la belleza

si tú aceptaras no ser su único dueño.

Y si no lo hicieras puedo predecir:

La belleza y la verdad con tu muerte tendrán fin.


SONETO 18

¿Puedo compararte con un día de verano?

Tú eres más amoroso y más templado.

Fuertes brisas agitan los brotecillos de mayo,

Y el plazo del estío termina prontamente; 

El ojo de los cielos brilla a veces muy ardiente,

Y su piel dorada a menudo se oscurece,

Todo lo bello se apaga en algún momento,

Por azar, o antojo de la naturaleza;

Pero tu eterno verano nunca mermará

Ni perderá la hermosura, que es tuya,

Ni gozará a la muerte de hallarte entre sus sombras,

Cuando en líneas eternas tú creces en el tiempo.

Mientras los hombres respiren y sus ojos vean,

Vivirán mis versos y a ti te darán vida.


SONETO 20

 De mujer pintó tu rostro la naturaleza,

 a ti, dueño y señora de mi febril pasión,

 Frágil el sentir de las mujeres tienes

 pero no su falsía ni su ligereza,       

 

tus ojos brillan más y son menos traicioneros,

 y tu mirada dora todo lo que contempla: 

 el porte de tu hombría nos pone en cautiverio,

 a los hombres hechiza y a las damas prenda. 

 Mujer te diseñó natura en el principio,

 y mientras te forjaba de ti se enamoró, 

 

entonces, arrobada, te dotó de una parte,

 

que a mi intención no sirve, y de ti me privó.  

 

            Pero al dotarte para goce de mujeres,

 

            Mío sea tu amor, y de ellas los placeres.


 SONETO 43

Cuanto más entrecierro los ojos mejor veo,

pues durante el día miran cosas sin valor;

pero cuando duermo a ti te veo en sueños,

y a mis opacos ojos alumbra tu esplendor.

Entonces, tu sombra, que a sombras ilumina,

¡qué feliz espectáculo daría

brillando en pleno día con tu luz mucho más clara,

si a ojos que no ven tu destello enciende!

¡Qué bendita sería mi mirada

si pudiera verte en la luz de la mañana

pues en la oscura noche tu imagen imperfecta

a través del sueño en ciegos ojos queda!

Los días son noches hasta que te veo

Y en las noches brilla el sol al divisarte en sueños.


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