martes, 31 de mayo de 2011

Otro de Brecht

A LA POSTERIDAD



1

¡Claro que vivo en tiempos oscuros!
Una palabra inocente es inconcebible.
La tersura de una frente presagia
un duro corazón. El que ríe
aún no ha escuchado
las terribles novedades.



¡Ah, qué tiempos son éstos
que hablar de los árboles es casi un delito
casi como callar ante la injusticia!
Y quien tranquilo camina por la calle,
¿no se aleja de sus amigos en desgracia?

Es verdad: me gano la vida

pero, créanme, es sólo un accidente.
Nada de lo que hago me da derecho a mi parte.
Me salvó el azar. (Si la suerte me deja
 estoy perdido).



Me dicen: come y bebe ¡Alégrate por lo que tienes!
¿Pero cómo puedo comer y beber
si mi pan es arrancado del hambriento
y mi copa de agua es del sediento?
Sin embargo, como y bebo.



Muy contento yo sería sabio.
Los libros antiguos de la sabiduría dicen:
no luches en el mundo, vive tu breve tiempo
sin temer a nadie,
sin violencia,
haciendo el bien a cambio del mal.
No es lograr lo deseado sino el olvido
lo que aparenta ser sabiduría.
Yo no puedo lo uno ni lo otro:
¡Claro que vivo en tiempos oscuros!


                    2

Llegué a las ciudades en horas de desorden
cuando reinaba el hambre.
Llegué a los hombres en horas de revueltas
y luché con ellos.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.



Comí entre masacres.
La sombra de la muerte se recostó en mi sueño.
Cuando amé, fue con indiferencia.
Y me sentí impaciente en la naturaleza.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.



Las calles nos llevaron a trampas sin salida.
Mis palabras me entregaron a los asesinos.
Poco pude hacer. Pero sin mí
los gobernantes estarían más seguros. Era mi esperanza.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.



Los hombres apenas tenían fuerza. 
El objetivo estaba distante.
Fácil de ver
pero inasible casi.
Así pasó el tiempo
que en la tierra me fue dado.

                    3

Tú, que surgirás de las aguas
en las que nosotros nos hundimos,
piensa,
cuando hables de nuestras flaquezas,
y de los oscuros tiempos
que las engendraron.



Porque íbamos cambiando de país
más a menudo que de zapatos,
en la guerra de clases, desesperando
porque sólo había injusticia sin resistencia alguna.



Y sabíamos muy bien que
hasta el odio a la miseria
endurece nuestros rostros.
Hasta la rabia por lo injusto
nos torna ronca la voz. Ay de nosotros
que quisimos sembrar raíces de bondad
y no pudimos ser amables.
 

Pero tú, cuando al fin suceda
que el hombre pueda ayudar a su prójimo,
no nos juzgues
con demasiada dureza.

Traducción: Carmen Vasco 


Un poema de Bertolt Brecht

LA MÁSCARA DEL MAL

De mi pared cuelga una talla japonesa,
la máscara de un demonio malo, decorada con laca de oro.
Compasivamente, observo
las venas crispadas en su frente, indicando
cuánto esfuerzo cuesta ser malvado.

Traducción: Carmen Vasco 

domingo, 29 de mayo de 2011

Lawrence Ferlinghetti por Carmen Vasco

EL MUNDO ES UN LUGAR HERMOSO

El mundo es un lugar hermoso
para nacer
si no te molesta que la felicidad
no siempre sea
tan tan entretenida
si no te molesta un toque de infierno
aquí y allá
justo cuando todo está bien
porque incluso en el cielo
ellos no cantan
todo el tiempo

El mundo es un lugar hermoso
para nacer
si no te molesta que algunas personas
mueran todo el tiempo
o tal vez sólo pasen hambre
parte del tiempo
que es mucho menos malo
si no se trata de vos.

Ah el mundo es un lugar hermoso
para nacer
si no te molestan
un par de mentes vacías
en los lugares más altos
o una o dos bombas
de vez en cuando
ante tu cara boquiabierta
o algunas otras impropiedades
de las que nuestra sociedad de la Marca Comercial
es presa
con sus hombres de distinción
y sus hombres de extinción
y sus sacerdotes
y otros patrulleros

y sus diversas segregaciones
y congresionales investigaciones
que nuestra tonta carne
hereda

Sí el mundo es el mejor lugar de todos
para un montón de cosas como
hacer la escena de la diversión
y hacer la escena del amor
y hacer la escena triste
y cantar canciones suaves e inspirarse
y caminar por ahí
mirando todo
y oliendo las flores
y jugando con las estatuas
e inclusive pensar
y besar a la gente y
y hacer bebés y usar pantalones
y saludar con el sombrero y
bailar
y nadar en los ríos
cuando vamos de picnic
en medio del verano
y en general simplemente
“pasarla muy bien”
Si
pero entonces justo en el medio
viene sonriente


el funebrero

sábado, 28 de mayo de 2011

Sonetos de Shakespeare. Traducción: Carmen Vasco

Soneto 71
No me llores después de que haya muerto 
por más de lo que suene la lúgubre campana
anunciando al mundo vil que ya he partido
y en la tierra con gusanos tengo mi morada.
No recuerdes la mano creadora si lees
este verso; ciertamente tanto yo te amo
que en tu dulce corazón prefiero ser olvido
antes de colmarte tristemente de quebranto.
O tal vez, por ejemplo, si atiendes mis escritos
cuando ya la arcilla y yo estemos bien unidos
no pronuncies incesante mi desgraciado nombre
mas deja que tu amor con mi vida se termine.
            No vaya a indagar el mundo en tu quejido
            y de ti se burle por mí, que habré partido.


Soneto 18
¿Podré compararte con un día de verano?
Tú eres aún más amoroso y más templado.
El fuerte viento agita los brotes florecidos,
y el plazo del estío termina prontamente; 
el ojo del cielo brilla a veces muy ardiente,
y su piel dorada a menudo se oscurece,
toda la belleza se apaga en su momento,
por azar, o por antojo de la naturaleza;
pero tu eterno verano nunca mermará
ni perderá la hermosura, que es tuya,
y la muerte vanidosa no te hallará en sus sombras,
porque en líneas eternas tú creces en el tiempo.
            Mientras los hombres respiren y sus ojos vean,
            estos versos vivirán, y a ti te darán vida.
 
Soneto 43
Cuanto más entrecierro los ojos mejor veo,
pues durante el día miran cosas sin valor;
pero cuando duermo a ti te ven en sueños,
y opacos son lucientes siguiendo tu fulgor.
Así tú, cuya sombra a las sombras ilumina,
¡qué feliz espectáculo daría tu presencia
brillante en el día con tu luz mucho más clara,
si a ojos apagados tu destello tanto enciende!
¡Y tú bendecirías, sin duda, mi mirada
si pudiera verte en la vívida mañana
ya que en la noche negra la lumbre de tu imagen
los sueños atraviesa y en ciegos ojos queda!
          Hasta que te veo, cada día está en tinieblas,
          y la noche es día porque en sueños tú te acercas.


SONETO 55 de Shakespeare
Ni el mármol ni efigies de oro de monarcas
vivirán más que esta rima poderosa,
tú brillarás más luminoso en mis palabras
que la piedra tiznada por el sucio tiempo.
Cuando la inútil guerra derribe las estatuas
Y el tumulto arranque de raíz lo construído,
Ni Marte con su espada ni el veloz fuego de la guerra
quemarán el vivo recuerdo de tu memoria.
Contra la muerte y la enemistad del olvido
Avanzará tu paso, tendrán lugar tus loas
ante los ojos de la posteridad
que desgasta este mundo hasta el fin de los días.
Así, hasta que en el juicio te levantes
Vivirás en mis versos, habitante de los ojos del amor.